Toda la verdad de la suspension del viaje de Maduro a Chile
CHILE:
La mentira inicial sobre la cancelación del viaje de Maduro a la asunción de Michelle Bachelet fue en torno a una falla del avión presidencial. Rápidamente se dieron cuenta que tenían tres aviones listos para llevar a Santiago la exagerada comitiva de 25 personas. La más numerosa después de la del vicepresidente Joe Biden de los EE.UU quien para pasar tres días en su recorrido por la capital chilena llevó muchos agentes de seguridad. Ya se había enviado un avión militar con cuatro carros blindados y se tenía prevista la salida de Maduro en la madrugada para llegar directo al acto de posesión eludiendo el “acoso mediático”.
Los planes cambiaron cuando el canciller Jaua, que se había ido dos días antes se percató que el lobby de Biden había sido intenso y que en sus reuniones con los presidentes de México, Perú, Argentina, Colombia y Chile había tocado con mucho énfasis la situación venezolana con sus muertos, heridos, torturados y acosados por la brutal represión del componente Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana. Un colega chileno fue más amplio: “habló con todos menos con Evo”. La documentación que mostró el vicepresidente estadounidense a los mandatarios contenía una amplia muestra de fotografías y videos para despejar cualquier duda de que estaba en lo cierto.
La angustia gubernamental era cierta. Los partidos chilenos de la socialdemocracia, la democracia cristiana y los independientes, todos a excepción de los comunistas, estaban contestes en señalar a Maduro su protesta. Como no asistió lucieron en sus solapas el pin “S.O.S.Venezuela” muy destacado en la prensa global. La improvisación del régimen criollo, sin organización adelantada ni material para repartir, tomó por sorpresa a Jaua. Solo35 personas del partido Comunista fueron contratadas (a razón de mil dólares cada una) para mostrar una pancarta pro-Chávez en la cercanía del congreso en Valparaiso y luego para servirle de soporte al canciller (encargado del estado Miranda también) en un “homenaje” a la memoria de Salvador Allende en una pequeñita plaza cerca del palacio de La Moneda donde no llegaron al medio centenar de asistentes como se vio en la noche por VTV y Unasur. Los funcionarios de la embajada venezolana se quejaron pues los fondos que supuestamente mandarían nunca llegaron.
Circuló el rumor que fue la propia presidenta chilena la que habría sugerido a Maduro no asistir para no empañar el acto con protestas y enfrentamientos como se vio a una venezolana gritar contra Nicolás dentro del recinto de la posesión. La cancillería chilena se ofreció para montar la reunión de Unasur donde algunos gobiernos han reaccionado tímidamente como acusó Evo Morales. Maduro tenía previsto una “gira de apoyo” por Uruguay y Argentina al salir de Chile. Otro factor negativo para ese deseo fue el anuncio de protesta estudiantil y política en Montevideo si “osara acercarse a nuestra tierra” como decían los voceros estudiantiles del país de Mujica. Igualmente la declaración del ex presidente Lula da Silva al señalar que Maduro “se había equivocado al no hacer más para iniciar el necesario diálogo con la oposición”. Por cierto, entre los invitados de Maduro para la toma de posesión en Chile estaba el cantautor Roque Valero, hoy emblema de su gobierno.
La mentira inicial sobre la cancelación del viaje de Maduro a la asunción de Michelle Bachelet fue en torno a una falla del avión presidencial. Rápidamente se dieron cuenta que tenían tres aviones listos para llevar a Santiago la exagerada comitiva de 25 personas. La más numerosa después de la del vicepresidente Joe Biden de los EE.UU quien para pasar tres días en su recorrido por la capital chilena llevó muchos agentes de seguridad. Ya se había enviado un avión militar con cuatro carros blindados y se tenía prevista la salida de Maduro en la madrugada para llegar directo al acto de posesión eludiendo el “acoso mediático”.
Los planes cambiaron cuando el canciller Jaua, que se había ido dos días antes se percató que el lobby de Biden había sido intenso y que en sus reuniones con los presidentes de México, Perú, Argentina, Colombia y Chile había tocado con mucho énfasis la situación venezolana con sus muertos, heridos, torturados y acosados por la brutal represión del componente Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana. Un colega chileno fue más amplio: “habló con todos menos con Evo”. La documentación que mostró el vicepresidente estadounidense a los mandatarios contenía una amplia muestra de fotografías y videos para despejar cualquier duda de que estaba en lo cierto.
La angustia gubernamental era cierta. Los partidos chilenos de la socialdemocracia, la democracia cristiana y los independientes, todos a excepción de los comunistas, estaban contestes en señalar a Maduro su protesta. Como no asistió lucieron en sus solapas el pin “S.O.S.Venezuela” muy destacado en la prensa global. La improvisación del régimen criollo, sin organización adelantada ni material para repartir, tomó por sorpresa a Jaua. Solo35 personas del partido Comunista fueron contratadas (a razón de mil dólares cada una) para mostrar una pancarta pro-Chávez en la cercanía del congreso en Valparaiso y luego para servirle de soporte al canciller (encargado del estado Miranda también) en un “homenaje” a la memoria de Salvador Allende en una pequeñita plaza cerca del palacio de La Moneda donde no llegaron al medio centenar de asistentes como se vio en la noche por VTV y Unasur. Los funcionarios de la embajada venezolana se quejaron pues los fondos que supuestamente mandarían nunca llegaron.
Circuló el rumor que fue la propia presidenta chilena la que habría sugerido a Maduro no asistir para no empañar el acto con protestas y enfrentamientos como se vio a una venezolana gritar contra Nicolás dentro del recinto de la posesión. La cancillería chilena se ofreció para montar la reunión de Unasur donde algunos gobiernos han reaccionado tímidamente como acusó Evo Morales. Maduro tenía previsto una “gira de apoyo” por Uruguay y Argentina al salir de Chile. Otro factor negativo para ese deseo fue el anuncio de protesta estudiantil y política en Montevideo si “osara acercarse a nuestra tierra” como decían los voceros estudiantiles del país de Mujica. Igualmente la declaración del ex presidente Lula da Silva al señalar que Maduro “se había equivocado al no hacer más para iniciar el necesario diálogo con la oposición”. Por cierto, entre los invitados de Maduro para la toma de posesión en Chile estaba el cantautor Roque Valero, hoy emblema de su gobierno.
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