VÍCTOR MIGUEL GÓMEZ TOVAR | EL UNIVERSAL miércoles 28 de noviembre de 2012 12:00 AM La afición de los Leones del Caracas lo pedía a gritos y cuando Carlos Rivero salió del dugout, el estadio Universitario se vino abajo. Y cómo no, si era la ovación para el hombre de la noche, que oficialmente se convirtió en el verdugo de los Navegantes del Magallanes. "Estaba tomando agua y David (Davalillo) me dijo que me estaban llamando. Es un partido inolvidable, porque primera vez que corean mi nombre", confesó quien con dos jonrones y seis carreras remolcadas incitó a que el Caracas venciera por quinta ocasión corrida a su acérrimo rival -en esta ocasión 9-2- y asegurara la serie particular, hecho que no ocurría desde la temporada 2010-2011. Rivero confirmó que no siente compasión frente a los lanzadores de la nave turca, pues frente a ellos colecciona nada menos que tres cuadrangualres, dos dobles, y 13 rayitas remolcadas. "He revisado las estadísticas y sé que frente al Maga