Estudiantes tomaron Caracas para exigir respeto
Las universidades autónomas se movilizaron ayer en Caracas, desde Plaza
Venezuela hacia el final de la avenida Victoria. Sobrepuestos a un
cambio de ruta –para evitar un frente de choque con la contramarcha
oficialista– los grupos académicos marcharon con buen clima y sin
contratiempos. Más allá de los ayunos prolongados que ejercen más de 30
estudiantes y profesores como medida de protesta, los marchistas dejaron
claro que el hambre es por una justa homologación, pluralidad de las
convenciones colectivas y el resguardo de la autonomía.
Pasadas las 9:40 am, se sumaron las delegaciones estudiantiles de las universidades Central de Venezuela, Pedagógico Experimental Libertador, del Zulia, de los Andes, entre otras instituciones. Con una robusta presencia, la representación de la Universidad Simón Bolívar salió a la vanguardia de la movilización. Daniel Álvarez, presidente de la Federación de Centros Universitarios de esta institución, señaló que las instituciones públicas tienen más de cinco años de desinversión y explicó con términos prácticos cómo repercute el déficit en una institución educativa.
“Mucha gente cree que esto es un problema elitesco, pero no es así. La Corporación Eléctrica Nacional prueba todos sus equipos y transformadores en la USB, porque contamos con el único laboratorio en Venezuela, para llegar a tensiones de 10.000 voltios o 20.000 voltios. Muchos de esos equipos, requieren piezas que cuestan casi lo mismo que un carro. Y eso requiere una inversión del Estado proporcional a nuestras necesidades, pero no todos lo entienden. Ahora estamos quedando rezagados en materia de investigación y desarrollo de tecnologías”.
Con modesta presencia, se observaron algunos estudiantes y profesores de las universidades Católica Andrés Bello, Metropolitana, Santa María y Monteávila. Daniel Álvarez, de la USB, alertó que las universidades privadas pueden correr con la misma suerte de la Católica Santa Rosa, “que fue tomada por colectivos y su rector fue colocado a dedo. Esto no puede ocurrir: una sociedad que mira al otro lado mientras la casa del vecino se quema”.
Pioneros en el debate por un presupuesto justo, docentes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, denunciaron el propósito del Gobierno en reeditar a escala superior la resolución 058, con consejos educativos que participen de las decisiones académicas en las instituciones autónomas. José Silvio Torres, presidente de la Asociación de Profesores de la UPEL, dijo: “Esto trasciende el factor económico. Quieren establecer una estructura ideológica, en la cual la normativa nos llevaría a perder la autonomía, dándole potestad al ministro de podernos botar. Se corre el riesgo de que nuestro trabajo sea evaluado por las juntas comunales que hacen vida alrededor de la UPEL”.
Entre la multitud, el dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López se solidarizó con la causa de las instituciones públicas. “A veces se cree que la autonomía sólo radica en que la policía no puede entrar a los recintos académicos. Esa sólo es una dimensión, pero lo más importante es que el Gobierno quiere que se asfixie la libertad de cátedra, haciendo que los docentes se conviertan en trabajadores del Ministerio de Educación Superior y a su vez defensores del pensamiento único y una doctrina socialista”.
Pasadas las 9:40 am, se sumaron las delegaciones estudiantiles de las universidades Central de Venezuela, Pedagógico Experimental Libertador, del Zulia, de los Andes, entre otras instituciones. Con una robusta presencia, la representación de la Universidad Simón Bolívar salió a la vanguardia de la movilización. Daniel Álvarez, presidente de la Federación de Centros Universitarios de esta institución, señaló que las instituciones públicas tienen más de cinco años de desinversión y explicó con términos prácticos cómo repercute el déficit en una institución educativa.
“Mucha gente cree que esto es un problema elitesco, pero no es así. La Corporación Eléctrica Nacional prueba todos sus equipos y transformadores en la USB, porque contamos con el único laboratorio en Venezuela, para llegar a tensiones de 10.000 voltios o 20.000 voltios. Muchos de esos equipos, requieren piezas que cuestan casi lo mismo que un carro. Y eso requiere una inversión del Estado proporcional a nuestras necesidades, pero no todos lo entienden. Ahora estamos quedando rezagados en materia de investigación y desarrollo de tecnologías”.
Con modesta presencia, se observaron algunos estudiantes y profesores de las universidades Católica Andrés Bello, Metropolitana, Santa María y Monteávila. Daniel Álvarez, de la USB, alertó que las universidades privadas pueden correr con la misma suerte de la Católica Santa Rosa, “que fue tomada por colectivos y su rector fue colocado a dedo. Esto no puede ocurrir: una sociedad que mira al otro lado mientras la casa del vecino se quema”.
Pioneros en el debate por un presupuesto justo, docentes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, denunciaron el propósito del Gobierno en reeditar a escala superior la resolución 058, con consejos educativos que participen de las decisiones académicas en las instituciones autónomas. José Silvio Torres, presidente de la Asociación de Profesores de la UPEL, dijo: “Esto trasciende el factor económico. Quieren establecer una estructura ideológica, en la cual la normativa nos llevaría a perder la autonomía, dándole potestad al ministro de podernos botar. Se corre el riesgo de que nuestro trabajo sea evaluado por las juntas comunales que hacen vida alrededor de la UPEL”.
Entre la multitud, el dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López se solidarizó con la causa de las instituciones públicas. “A veces se cree que la autonomía sólo radica en que la policía no puede entrar a los recintos académicos. Esa sólo es una dimensión, pero lo más importante es que el Gobierno quiere que se asfixie la libertad de cátedra, haciendo que los docentes se conviertan en trabajadores del Ministerio de Educación Superior y a su vez defensores del pensamiento único y una doctrina socialista”.
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